La ceguera infantil puede llevar a décadas de vida de incapacidad, constituyendo una carga económica para la familia y la sociedad. Con el objetivo de proponer una estrategia para la evaluación y seguimiento de niños discapacitados visuales, que garantice la incorporación de los mismos a la sociedad, se realizó un estudio descriptivo, longitudinal, en pacientes entre 2 y 18 años, atendidos en consulta de oftalmología del Hospital Pediátrico Provincial Docente de Holguín, desde enero 2010 hasta abril 2011. La fuente de información fueron las historias clínicas, de donde se obtuvieron: edad, sexo, nivel de escolaridad, agudeza visual y método de rehabilitación utilizado. El universo estuvo constituido por 1560 niños atendidos en la consulta y la muestra por 246 pacientes ciegos y débiles visuales. Se calcularon medidas de resumen como frecuencias absolutas y relativas, representándose en cuadros y gráficos para una mejor compresión. Los principales resultados fueron que predominó el grupo de edad de 10 a 13 años en pacientes con baja visión, representados por 38.0% y en los ciegos por 42.5%; el sexo no tuvo relevancia. Los ciegos tuvieron retraso escolar en el 87.2%. Las principales causas de ceguera y baja visión fueron la retinopatía de la prematuridad, el albinismo y las malformaciones congénitas. Se obtuvo agudeza visual entre 0.2 y 0.3 en el 78.1% y la corrección convencional con cristales fue utilizada en el 72.4% de ellos. Se diseñó y aplicó una estrategia para la evaluación y seguimiento de estos pacientes, efectiva en el 54.1%, recomendándose su utilización.